¿Qué son las Cookies?
Una cookie es un fichero de datos que una página web le envía a tu ordenador cuando la visitas. Da igual si estás entrando a la web desde el ordenador o desde el móvil, siempre se solicitará el almacenamiento de la cookie.
¿Cómo funcionan las cookies de Internet?
Al visitar por primera vez una web ésta almacena una cookie en tu disco duro. Cuando vuelves a visitar esa web el navegador buscará en tu disco duro la cookies de ese sitio y enviará al servidor todos los pares nombre-valor. De esa forma recupera la información de la cookie.
Si la web no recibe ningún par de nombres-valor, sabrá que es la primera vez que la visitas y creará una cookie.
¿Qué se pueden hacer con cookies?
Las cookies están pensadas para ofrecer una experiencia más personalizada a los internautas. Los grandes ecommerces usan cookies para guardar las preferencias de los usuarios y mostrarles productos relacionados con sus gustos cuando vuelvan a entrar. Por ejemplo, si entras en Amazon para buscar portátiles en tu próxima visita pueden aparecerte varias ofertas destacadas de portátiles.
Muchos sitios webs usan cookies donde se almacena información del sitio para que la página se cargue mucho más rápida a los usuarios recurrentes. Las redes sociales usan las cookies para mostrarles a los usuarios contenidos que puedan interesarle.
Para el propietario de una web la normativa es sencillo. Solo necesitas un aviso de cookies y un texto legal para quienes quieran saber más. Para el aviso solo tienes que integrar un pequeño código en la web o instalar un plugin (si usas WordPress) y en cuanto al texto legal existen varios modelos en Internet que puedes adaptar.
La solicitud de almacenamiento del fichero de información en tu ordenador la hará directamente el servidor de la web a la que entras en el mismo momento en el que accedes a ella. Por lo general, notarás que se está solicitando la utilización de cookies porque las webs están obligadas a avisarte y a preguntarte cuáles quieres instalar por la GDPR, la normativa que regula la protección de los datos de los ciudadanos que vivan en la Unión Europea.
Las cookies suelen utilizarse principalmente para dos finalidades principales:
Recordar accesos y conocer hábitos de navegación. Las cookies hacen que las páginas web puedan identificar tu ordenador, y por lo tanto, si vuelves a entrar a ellas podrán recordar quién eres y qué has hecho antes dentro de ellas.
Y la segunda función es la más conflictiva, y precisamente la que ha hecho que tengan tan mala fama. Las cookies también sirven para conocer la información sobre tus hábitos de navegación, algo que pueden utilizar terceros para enviarte información relacionada a tus intereses, pero también para identificarte como usuario según las páginas que visitas.
¿Qué tipos de cookies sueles poder configurar?
Existen diferentes tipos de cookies cuando entras en una web. Los primeros dos tipos son las cookies temporales y las permanentes. Las cookies temporales sólo permanecen en tu navegador hasta que te vas de la página web, por lo que no se quedan instaladas en tu navegador u ordenador. Las cookies permanentes son las que se quedan en el disco duro de tu ordenador para que la página que las instala pueda leerlas e identificarte cada vez que vuelvas a visitarla. Suelen tener fechas de expiración.
Las cookies también pueden ser propias o de terceros. Las propias son las que utiliza una página web, y que han sido diseñadas por esta misma web. Las cookies de terceros son las que otras empresas y servicios le han pedido a la página web que también instalen en tu ordenador cuando accedes a ella.
También hay cookies cuyos tipos varían según la finalidad que tienen. Cuando sueles entrar en un navegador y te preguntan si quieres configurar las cookies, normalmente podrás activar o desactivar grupos de cookies dependiendo de sus finalidades.
Las cookies técnicas o necesarias son esas que nunca vas a poder desactivar en la configuración de cookies de una web. Permiten, por ejemplo, que las páginas puedan controlar el tráfico y la comunicación de los datos internos, que se puedan finalizar procesos de compra, utilizar elementos de seguridad. En definitiva, sirven para optimizar el funcionamiento de la web.
En segundo lugar, tenemos las cookies de preferencias o de personalización. Son esas que almacenan tus preferencias y configuraciones en las webs a las que has accedido anteriormente.
Las cookies de rendimiento y análisis sirven para que la página que visitas pueda recopilar la información relacionada sobre lo que haces en ella. Analiza todo lo que haces en una web mientras estás en ella. Esto les permite tener estadísticas masivas con las que saber qué elementos se usan más, o dónde puede haber problemas y errores.
Y por último tienes las cookies publicitarias o de marketing, que sirven para gestionar la publicidad que se incluye en las webs. A través de estas cookies se crea un perfil con tus intereses analizando de forma continuada tu comportamiento en la web.
¿Qué pasa si desactivas determinados tipos de cookies?
Las páginas a las que entras están obligadas a mostrarte una opción para configurar las cookies, la cual estará en la ventana emergente que te aparecerá la primera vez que accedas a ellas. Aquí, podrás desactivar algunos tipos de cookies. Además, también podrás borrar las cookies de tu dispositivo a través de las opciones de los navegadores para escritorio, pero también con los navegadores para móviles.
En cuanto al qué pasa, dependerá de las cookies que desactives. Si simplemente borras las cookies de tu ordenador a través del navegador, borrarás también las cookies que guardan tus inicios de sesión. Al hacerlo, tendrás que volver a iniciar sesión en todos sitios escribiendo tus nombres de usuarios y contraseñas. También se perderán tus preferencias, teniendo que reconfigurar algunos parámetros en webs, y al borrarlas también tendrás que volver a configurar las cookies de todas las webs.
Si en la configuración de cookies de una web desactivas las publicitarias, cuando estés navegando en esa web no se estará recopilando lo que haces en ella con el fin de completar el perfil de tus gustos personales. Pero esto sólo se aplica a la web donde lo has configurado, por lo que las empresas publicitarias pueden seguir estando recopilando la información en otras webs.
Si desactivas las cookies de análisis, los responsables de las webs tampoco podrán registrar lo que haces en ellas para sus propios fines no relacionados con la publicidad. No tendrán tus patrones de comportamiento, y no podrán incluirlos cuando investiguen qué elementos son más efectivos o más utilizados en su web, o dónde puede haber posibles problemas.
Y si desactivas las cookies de preferencias, los posibles cambios que hagas en la configuración de una web no se recordarán. Si vas a una tienda online y dices que tu moneda preferente es el euro, tendrás que volver a configurarlo las próximas veces que vuelvas a acceder. Y así con el resto de información de configuración que recopile cada web con sus cookies.
En términos de privacidad, has de saber siempre que cuantas menos cookies actives más privacidad tendrás a la hora de navegar por internet, pero menos personalización tendrás de tu experiencia de navegación. Así pues, la clave está en que encuentres tu equilibrio personal entre privacidad y experiencia. Puedes incluso hacer que tu navegador no guarde cookies o buscar uno que las borre automáticamente para maximizar esa privacidad.